lunes, 25 de julio de 2011

1.

Nunca olvidaré mi primer beso. Fue como de película. Estaba en una fiesta con mi mejor amiga, Susan y su novio Cris. Una de esas fiestas donde solo van los "guays". Yo no formaba parte de ese club social, claro, pero Susan si. Desde que conocio a Cris toda su vida dio un vuelco de 180º. Ahora no era como yo la típica del montón de las que pasan desapercibidas hasta cuando van de marciano y lleva un cartel giganate encima  que te señale y ponga, mire aqui. Mejor que no os explique porque lo sé.
Por suerte su cambio de vida no afectó en nuestra amistad y siempre que puede intenta que vaya con ella a los sitios inaccesibles para "los del montón". Con una sola frase lo consigue todo: Cariño porfavor dejale que benga Kate también con nosotros. Ya sabes que sin ella yo no voy. Y luego llega la mirada de cachorrito, el suspiro de Cris y el beso que anuncia el sí.
Me vestí un vestido nuevo que pensaba estrenarlo un día especial y supongo que ese era uno ya que según Susan, los tíos mas buenos de toda America iban a ir a esa fiesta. Estaban de intercambio y era su fiesta de despedida en la casa del mejor amigo de Cris, Paul.
Sonó el timbre de casa. Era Susan. Oí como mi padre abría la puerta. Rápidamente me acabé de retocar el maquillaje y bajé las escaleras apresuradamente. La sorpresa llegó cuando delante de mis ojos encontré a otro. No era Susan. No, en vez de ella había un maravilloso chico de unos 18 años. Era alto, con el pelo despeinado que le daba un toque informal y hacia contraste con el elegante traje que llevaba puesto.
El corazón me empezó a latirme con mucha fuerza. Con demasiada fuerza. ¿Y si lo notaba? Bajé las escaleras lentamente para causarle efecto como las típicas películas donde una hermosa chica baja con un vestido precioso por las escaleras y el chico abajo, le espera con una expresión preciosa, como cuando espera en el altar a su futura esposa. Desgraciadamente en el no causo el mismo efecto. En vez de eso se empezó a reír. A reír como un loco. Me dieron ganas de dar media vuelta e irme llorando a mi habitación. Pero no, en vez de eso decidí se fuerte y sonreírle con una de mis mejores sonrisas. Tampoco eso hizo callarlo. Siguió riéndose dejando sus increíbles dientes aún mas al descubierto.
-Oye, ¿pero a ti que te pasa?- no aguantaba mas.
-Nada, nada.-y de nuevo la risa.
-Un poco de respeto, ¿no? ¿Que es lo que te hace tanta gracia?
-Es que, es que...
-Es que... ¿que?
-Nada, que no eres rubia de bote.- y una carcajada enorme. Menos mal... pensé que había hecho el ridículo... Aunque este chabal no era normal.
-¿Era eso? ¿Y que pasa si no soy rubia de bote?
-Nada da igual, una historia muy larga.
Y así se acabó la conversación. Decidí acabar de bajar las escaleras y salir a la calle donde se suponía que estaban los demás. No me apetecía seguir oyendo a un imbécil diciendo mas tonterías aun.
Otra sorpresa, el coche no estaba ahí. Menuda nochecita.
-Pero, ¿donde están los demás?
-Tranquila ellos ya están en la fiesta. Te llevare yo.- ¿Tranquila? ¿Como quieres que este tranquila si me lleva alguien que no le conozco de nada y ademas se ríe de mi porque no soy rubia de bote?
-Estupendo...- Respondí con la cabeza gacha para que no me oyera.
Monté en su coche y después de un viaje que se me hizo eterno, llegamos a la fiesta. Era genial. Todo lo que una bueno fiesta necesita: música a tope, chicos guapos, alcohol...
Me adentré en la casa con el fin de encontrar a Susan por lagun lado ya que como no era de las "guays" no conocía nadie mas. Bueno yo si, el problema era que ellos a mi no.
Nada, no había rastro de ella. En cambio si el de ese chico que me agarro del brazo en mitad de toda esa gente y me saco fuera.
-Siento sacarte de ese modo pero es que todavía no me he presentado. Me llamo Adelmo. Lo se, es un nombre raro pero es que mi padre es Alemán. Significa protector noble. Aunque me puedes llamar Rex. No me preguntes porque me llaman así. Es una historia muy larga.-definitivamente, a este chaval no le gustaba dar explicaciones.
-Encantada, yo soy Kate.
Me dio dos besos en las mejillas y consegui oler su perfume. Olía de maravilla.
-Bueno, y no es que no me alla gustado- y no me ha gustado pensé -pero... ¿porque me has venido a buscar tú, y no Susan y Cris?
-No lo se la verdad. Me llamó Susan ayer y me dijo que como soy nuevo aqui y tal... pues que para conocer gente... pues... que te fuera a recoger....
Noté que se puso un poco rojo. La verdad es que el chico era mono. Claro que le cogí un poco de manía... ¿Como se atreve a reírse de mi cara?
-Ah, genial.- me limité a decirle.
Menuda amiga que tengo. Ahora resulta que necesito que me busquen novio.
-Pero bueno si quieres me voy y ahora mismo te dejo tranquila eh- me empecé a asustar, ¿leía mentes?
-No, no. Tranquilo, no importa. Si además no conozco a nadie de aquí así que no me importa que me hagas compañía. En realidad, ellos no me conocen a mi porque no soy "guay".
Me sonrió. Puede que al fin y al cabo sea majo...
-Bueno y ¿de que conoces a Susan?- otro lio más, fijo pensé, pero no se lo dije, claro.
-Mi madre es de aquí. -pues no, no era eso- Su madre y mi madre son amigas desde pequeñitas pero cuando la mía, conoció a mi padre, se fueron a vivir a Alemania pero entre ellas siguió habiendo contacto y se veían de vez en cuando. De eso conozco a Susan.  Y al final nos mudamos aquí porque a mi padre le mandaron aqui por el trabajo. Una casualidad.
-Genial. ¿Por eso hablas tan bien español?
 verdad?
Asintió con la cabeza. Ya no sabía que mas decirle o preguntarme. Prefería no sacar el tema de las escaleras.
Empezaba a sentirme incómoda en quel silencio. Solo se ohía la musica de fondo muy bajo ya qu nosotros nos encontrábamos en el jaradín.
-¡Ei! ¡Vosotros, pareja! -esa voz.. Si, era Susan. Su voz era reconocible hasta bajo el mar. Pero, ¿se referia a nosotros? Si, al parecer si. Se estaba acercando corriendo hacia nosotros con su preciosa melena pelirrroja saltando al son de sus movimientos. Menos mal. Oh, como la quería. Me dierón ganas de gritar: ¡Gracias por salvarme! Pero no lo hice, como siempre, me callé.
-¿Que haceis ahí parados? O hay sexo o venis conmigo. -esta chica no tiene remedio- Bale, veo que no hay sexo... Venga, pues vamos adentro que os tengo que presentar a gente.
Rex y yo nos miramos y con un ligero levantamiento de hoombros nos dejamos llevar de la mano de Susan a dentro, donde estava la marcha.
La noche fué inolvidable. Bailé como una loca toda la noche, dejandome llevar. Aquella noche ya no era invisivble. Los chicos (y las chicas) me miraban, me hablaban... Me sentia como nunca me había sentido. Me sentía viva. Conocí a mucha gente. No solía ser muy sociable pero algo bueno tendria que tener el alcohol ¿no?
Derrepente, algo pasó. Nuestras miradas se juntaron. El azul y el verde. Sus ojos con los mios. Un momento mágico. Como si la música parase y solo estubiesemos el y yo. El y yo solos en una sala repleta de gente. Segundos que parecen horas. Segundos que los dicen todo.
Se acercó a mi. ¿De verdad le intereso o es el alcohol? Me agarra de las manos. Oh no, me sudan. Acercó su cara. ¿Que hago? Mierda. ¿Como va esto? ¡Socorro!
Bocas unidas, un solo significado: beso. Mi primer beso. El beso que dió comienzo a mi primer romance.
Un romance con Rex.

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