miércoles, 14 de septiembre de 2011

2.

Despertarse enamorada es bello. Bello como sus ojos, su pelo, su sonrisa, su cuerpo, su boca, esa boca que ayer saboreé, mordí y exploré. La boca de Rex.
Domingo, llueve. Tengo un dolor de cabeza enorme. Asquerosa resaca... ¿Que hare hoy? Me apetece ir al cine. Si, hoy ire al cine. Cojo el movil y marco el número de Susan. Mierda, no coje. ¿A quien llamo? No me piedo creer que con 16 años no tenga a nadie mas para llamar. Y si llamo... Y si llamo... No a Rex no. No quiero deprimirme tan rápido. Todavia no me apetece oír su rechazo.
Derrepente, un pequeño impulso. Si, lo llamaré. Para algo me dio su número no?
-¿Diga?
-Rex, soy yo, Susan.
-A hola, ¿que quieres?-¿solo me dice eso? Bueno no importa, ya no me puedo echar atras.
-Esto... Esto... Quieres venir al cine conmigo?
-Vale, te paso a buscar a las 5.
Cuelga. Vaya. Que facil a sido. Ni siquiera le he tenido que decir que película vamos a ver ni nada. Pero lo importante es que a dicho que sí. ¡A dicho que sí!
Me siento en la cama a pensar en la situación. No se que hacer, no tengo nada de hambre como para desayunar... Ademas, pronto será la hora de comer así que mejor decido que ponerme para esta tarde. Abro el armario. Es un armario de roble que encaja perfectamente con mi pared ya que es del mismo tamaño. Hasta el color queda perfectamente. Mi abuela tenía un gusto exquisito para esas cosas. Aún recuerdo su casa llena de flores halla donde ibas y un aroma que era único. Era el aroma de mi abuela Rita.
Abro cajones, saco perchas, desordeno estanterías... pero no encuentro nada. ¿Se puede saber donde escondo yo la ropa los días especiales? Siempre ocurre lo mismo, cuando quieres ir perfecta la perfección deja de existir.
Tocan a la puerta.
-Pasa...
-¡¿Pero que desorden es este Susan?!
-Mama... Es que esta tarde voy al cine y...
-¿Con un chico?- parece mentira, no se le escapa ninguna...
-No mama... He quedado con Susan y con su novio.
-A bueno bale, pero que sepas que si un día quedas con algúno, ¿ya sabes que puedes decírmelo bale?
-Que si...- le contesto ya un poco harta de este tema. Siempre me dice lo mismo.
-Bueno bale pues te dejo pero baja pronto que la comida esta ya hecha.
CONTINUARA EL CAPÍTULO.

martes, 30 de agosto de 2011

He vueltoo! :)

Ya esta, a partir de ahora intentare seguir escribiendo aunque empieza la escuela y no se si tendré tiempo pero bueno...

viernes, 29 de julio de 2011

Disculpad las molestias.

Hoy me voy de vacaciones y me temo que seguramente no podré escribir mas en este blog hasta el mes que  viene o así...
Lo siento.
Pd: Intentare escribirlo.

lunes, 25 de julio de 2011

1.

Nunca olvidaré mi primer beso. Fue como de película. Estaba en una fiesta con mi mejor amiga, Susan y su novio Cris. Una de esas fiestas donde solo van los "guays". Yo no formaba parte de ese club social, claro, pero Susan si. Desde que conocio a Cris toda su vida dio un vuelco de 180º. Ahora no era como yo la típica del montón de las que pasan desapercibidas hasta cuando van de marciano y lleva un cartel giganate encima  que te señale y ponga, mire aqui. Mejor que no os explique porque lo sé.
Por suerte su cambio de vida no afectó en nuestra amistad y siempre que puede intenta que vaya con ella a los sitios inaccesibles para "los del montón". Con una sola frase lo consigue todo: Cariño porfavor dejale que benga Kate también con nosotros. Ya sabes que sin ella yo no voy. Y luego llega la mirada de cachorrito, el suspiro de Cris y el beso que anuncia el sí.
Me vestí un vestido nuevo que pensaba estrenarlo un día especial y supongo que ese era uno ya que según Susan, los tíos mas buenos de toda America iban a ir a esa fiesta. Estaban de intercambio y era su fiesta de despedida en la casa del mejor amigo de Cris, Paul.
Sonó el timbre de casa. Era Susan. Oí como mi padre abría la puerta. Rápidamente me acabé de retocar el maquillaje y bajé las escaleras apresuradamente. La sorpresa llegó cuando delante de mis ojos encontré a otro. No era Susan. No, en vez de ella había un maravilloso chico de unos 18 años. Era alto, con el pelo despeinado que le daba un toque informal y hacia contraste con el elegante traje que llevaba puesto.
El corazón me empezó a latirme con mucha fuerza. Con demasiada fuerza. ¿Y si lo notaba? Bajé las escaleras lentamente para causarle efecto como las típicas películas donde una hermosa chica baja con un vestido precioso por las escaleras y el chico abajo, le espera con una expresión preciosa, como cuando espera en el altar a su futura esposa. Desgraciadamente en el no causo el mismo efecto. En vez de eso se empezó a reír. A reír como un loco. Me dieron ganas de dar media vuelta e irme llorando a mi habitación. Pero no, en vez de eso decidí se fuerte y sonreírle con una de mis mejores sonrisas. Tampoco eso hizo callarlo. Siguió riéndose dejando sus increíbles dientes aún mas al descubierto.
-Oye, ¿pero a ti que te pasa?- no aguantaba mas.
-Nada, nada.-y de nuevo la risa.
-Un poco de respeto, ¿no? ¿Que es lo que te hace tanta gracia?
-Es que, es que...
-Es que... ¿que?
-Nada, que no eres rubia de bote.- y una carcajada enorme. Menos mal... pensé que había hecho el ridículo... Aunque este chabal no era normal.
-¿Era eso? ¿Y que pasa si no soy rubia de bote?
-Nada da igual, una historia muy larga.
Y así se acabó la conversación. Decidí acabar de bajar las escaleras y salir a la calle donde se suponía que estaban los demás. No me apetecía seguir oyendo a un imbécil diciendo mas tonterías aun.
Otra sorpresa, el coche no estaba ahí. Menuda nochecita.
-Pero, ¿donde están los demás?
-Tranquila ellos ya están en la fiesta. Te llevare yo.- ¿Tranquila? ¿Como quieres que este tranquila si me lleva alguien que no le conozco de nada y ademas se ríe de mi porque no soy rubia de bote?
-Estupendo...- Respondí con la cabeza gacha para que no me oyera.
Monté en su coche y después de un viaje que se me hizo eterno, llegamos a la fiesta. Era genial. Todo lo que una bueno fiesta necesita: música a tope, chicos guapos, alcohol...
Me adentré en la casa con el fin de encontrar a Susan por lagun lado ya que como no era de las "guays" no conocía nadie mas. Bueno yo si, el problema era que ellos a mi no.
Nada, no había rastro de ella. En cambio si el de ese chico que me agarro del brazo en mitad de toda esa gente y me saco fuera.
-Siento sacarte de ese modo pero es que todavía no me he presentado. Me llamo Adelmo. Lo se, es un nombre raro pero es que mi padre es Alemán. Significa protector noble. Aunque me puedes llamar Rex. No me preguntes porque me llaman así. Es una historia muy larga.-definitivamente, a este chaval no le gustaba dar explicaciones.
-Encantada, yo soy Kate.
Me dio dos besos en las mejillas y consegui oler su perfume. Olía de maravilla.
-Bueno, y no es que no me alla gustado- y no me ha gustado pensé -pero... ¿porque me has venido a buscar tú, y no Susan y Cris?
-No lo se la verdad. Me llamó Susan ayer y me dijo que como soy nuevo aqui y tal... pues que para conocer gente... pues... que te fuera a recoger....
Noté que se puso un poco rojo. La verdad es que el chico era mono. Claro que le cogí un poco de manía... ¿Como se atreve a reírse de mi cara?
-Ah, genial.- me limité a decirle.
Menuda amiga que tengo. Ahora resulta que necesito que me busquen novio.
-Pero bueno si quieres me voy y ahora mismo te dejo tranquila eh- me empecé a asustar, ¿leía mentes?
-No, no. Tranquilo, no importa. Si además no conozco a nadie de aquí así que no me importa que me hagas compañía. En realidad, ellos no me conocen a mi porque no soy "guay".
Me sonrió. Puede que al fin y al cabo sea majo...
-Bueno y ¿de que conoces a Susan?- otro lio más, fijo pensé, pero no se lo dije, claro.
-Mi madre es de aquí. -pues no, no era eso- Su madre y mi madre son amigas desde pequeñitas pero cuando la mía, conoció a mi padre, se fueron a vivir a Alemania pero entre ellas siguió habiendo contacto y se veían de vez en cuando. De eso conozco a Susan.  Y al final nos mudamos aquí porque a mi padre le mandaron aqui por el trabajo. Una casualidad.
-Genial. ¿Por eso hablas tan bien español?
 verdad?
Asintió con la cabeza. Ya no sabía que mas decirle o preguntarme. Prefería no sacar el tema de las escaleras.
Empezaba a sentirme incómoda en quel silencio. Solo se ohía la musica de fondo muy bajo ya qu nosotros nos encontrábamos en el jaradín.
-¡Ei! ¡Vosotros, pareja! -esa voz.. Si, era Susan. Su voz era reconocible hasta bajo el mar. Pero, ¿se referia a nosotros? Si, al parecer si. Se estaba acercando corriendo hacia nosotros con su preciosa melena pelirrroja saltando al son de sus movimientos. Menos mal. Oh, como la quería. Me dierón ganas de gritar: ¡Gracias por salvarme! Pero no lo hice, como siempre, me callé.
-¿Que haceis ahí parados? O hay sexo o venis conmigo. -esta chica no tiene remedio- Bale, veo que no hay sexo... Venga, pues vamos adentro que os tengo que presentar a gente.
Rex y yo nos miramos y con un ligero levantamiento de hoombros nos dejamos llevar de la mano de Susan a dentro, donde estava la marcha.
La noche fué inolvidable. Bailé como una loca toda la noche, dejandome llevar. Aquella noche ya no era invisivble. Los chicos (y las chicas) me miraban, me hablaban... Me sentia como nunca me había sentido. Me sentía viva. Conocí a mucha gente. No solía ser muy sociable pero algo bueno tendria que tener el alcohol ¿no?
Derrepente, algo pasó. Nuestras miradas se juntaron. El azul y el verde. Sus ojos con los mios. Un momento mágico. Como si la música parase y solo estubiesemos el y yo. El y yo solos en una sala repleta de gente. Segundos que parecen horas. Segundos que los dicen todo.
Se acercó a mi. ¿De verdad le intereso o es el alcohol? Me agarra de las manos. Oh no, me sudan. Acercó su cara. ¿Que hago? Mierda. ¿Como va esto? ¡Socorro!
Bocas unidas, un solo significado: beso. Mi primer beso. El beso que dió comienzo a mi primer romance.
Un romance con Rex.

Perfacio.

A lo largo de mi corta vida he aprendido muchas cosas. Una de ellas es que aunque la vida sea un asco debes seguir adelante. Debes ser fuerte. Debes pensar que siempre habra alguien dispuesto a ayudarte en los momentos dificiles.
-¡Kate!
Si, definitivamente esa voz era la de ese alguién.
-Pero Kate, ¿que haces todavia ahí sentada? Benga, vamos, que perderemos el autobus de nuevo.
Levanté la vista y la ví ahí.  Delante de mis ojos tan guapa como siempre. No se como lo hacia pero aunque se puesiera la ropa mas horrosrosa del mundo siempre estaba guapísima. No como yo, que me pasaba una hora para elegir que ponerme y nadie fijaba en mí. Tengo que admitir que me parece injusto. Aunque claro, eso último nunca no se lo dire.
-Kate... ¿Esta vez que a pasado?
Me sorbí la nariz.
-Nada. -mentí -Benga vámonos que se nos va le autobus.
-Pero Kate, no puedes dejar que ese cabrón te atormente toda la vida. ¿Que ha pasado?
Me levante vagamente de la silla de mi pupitre, la miré con los ojos humendos a punto de explotar y finalmente la abrazé con todas mis fuerzas como si se me fuese la vida en ello. No aguantaba más. Lloré y lloré hasta que la solte y con un hilo de voz se lo conté todo. Le explique como me había dejado. Un mensaje. Un puto mensaje con solo dos palabras que lo decian todo: te dejo. Sin nada mas. Ni siquiera un lo siento o una razón. Aunque la razón ya la sabía aunque me costaba admitirlo. Habia conocido a otra.
-¿Como pude ser tan idiota? La ví con ella y no dije nada. Hice como si nada... Oh... Como me arrepiento de no haber ido alli, haberle dado una bofetada en toda la cara y dejarle ahí con la zorra esa. No, en vez de eso me fuí a casa llorando. Que estubida. Arrg...
-Tranquila... Tu te mereces algo mucho mejor que eso. Es un cabrón. El se lo pierde.
No sabía que contestarle. En el fondo sabía que tenía razón. Me merecía a alguíen mejor. ¿Pero a quién? Nadie se fija en mí. Soy invisible... El único fué el pero, ¿cuantas veces se habria acostado con esa zorra a mis espaldas? La única vez que la vi con ella hice como si nada. Que estúpida fuí. Cuanto tiempo perdí con el...